Hay muchas causas posibles de la formación de ampollas o burbujas al pintar. En cualquier caso, el factor más común sigue siendo el problema de la humedad. De hecho, puede decirse que al menos el 95% de los desajustes de la obra están causados por la humedad. Pero hay otros fenómenos que pueden explicar por qué se ampolla una masilla.
Aquí te explicamos algunas razones.
¿Qué son las burbujas o ampollas en la masilla?
Las ampollas son un hecho complejo que se puede observar en la masilla o la pintura cuando se forman burbujas al aplicarlas. A veces es necesario dar numerosas pasadas con la espátula de enmasillar para deshacerse de ellas.
No siempre está claro por qué ocurre esto. ¿Se debe a un exceso de agua? ¿El aplicador ha dejado reposar la masilla el tiempo suficiente? Puede ser bastante frustrante no saber exactamente por qué aparecen estas burbujas en la masilla. Pero se pueden tomar precauciones para evitarlo en la medida de lo posible. ¿Si te estás preguntando cuál es el riesgo de que se formen ampollas en la masilla? Se trata de algo principalmente de orden estético.
Humedad: la principal causa de la aparición de ampollas en la masilla
La humedad sigue siendo la causa más común de la formación de ampollas en la masilla. Puede deberse, por ejemplo, a la filtración de agua en las paredes desde el exterior. Obviamente, el agua tendrá que salir por algún sitio en algún momento, lo que inevitablemente provocará la formación de ampollas en el revestimiento superficial. Por eso recordamos que es importante siempre trabajar sobre soportes sanos.
Otra posibilidad, también relacionada con la humedad, es que la pintura se aplique demasiado deprisa después de enmasillar una superficie. Si no se respeta el tiempo de secado y la habitación está sometida a un episodio de calor, he aquí el riesgo: el agua atrapada bajo la pintura se convertirá con toda probabilidad en vapor de agua y, por tanto, provocará ampollas. Ten cuidado de dejar secar bien la masilla.
Cuidado también con el proceso de aplicación de la masilla, ya que puede favorecer la aparición de burbujas
La aparición de ampollas en la masilla también puede deberse al proceso de aplicación del producto y al tipo de superficie sobre el que se aplique:
- Sobre hormigón nuevo: este tipo de superficie presenta “micro agujeros” (coqueras) inherentes a este material, que no siempre son visibles a simple vista. Es importante rellenarlos bien desde el principio. En este caso, es esencial una aplicación cuidadosa de la masilla, para que el producto penetre en estas pequeñas cavidades. Así se evita que el aire de estas cavidades se comprima y cree las famosas ampollas en la masilla.
- Sobre un soporte ya pintado a renovar: esta vez se trata de un soporte al que se le califica de “bloqueado”, es decir que no “bebe” el agua de la masilla. Por tanto, el agua debe encontrar otra forma de salir. Por eso, cuando se aplica un producto de preparación a este tipo de superficie, antes de repintar, se forman “micro-capilares” en la masilla. Se trata de diminutos canales, invisibles a simple vista, que permiten la salida del agua cuando se seca la masilla. Es un gran clásico, sobre todo en las masillas en pasta. Si el aplicador añade una segunda capa de masilla con un poco de espesor, sin comprimir bien y, por tanto, sin rellenar estos “micro capilares”, se formarán burbujas de aire comprimido que harán que la masilla se ampolle.
¿Cómo puedo evitar al máximo que se formen ampollas en mi masilla? ¿Cómo puedo corregirlo si sigue habiendo burbujas?
Para evitar al máximo la formación de ampollas en un enlucido, sobre todo sobre un soporte base bloqueado, que limita la evacuación de la humedad, la mejor prevención consiste en presionar bien la masilla con la herramienta en diferentes direcciones en la primera capa y aplicar una segunda capa muy fina. Esto limitará el fenómeno de burbujeo.
Sobre todo, ¡es esencial no ir demasiado rápido! Es más que recomendable respetar los tiempos de secado indicados.
Si, por desgracia, la masilla se ampolla a pesar de todas las precauciones tomadas, lo que puede ocurrir, es necesario realizar lo que se conoce como un raspado: es decir, una vez seca, raspar las burbujas con una espátula de enmasillar. A continuación, se aplica una segunda capa muy fina comprimiendo bien la masilla con la herramienta.